Esto fue visto en el fondo de un armario de un hotel renovadísimo, moderno, con gusto, gentilmente atendido y céntrico de Valladolid.
El Nuevo Testamento. Límpido, con unas pastas de piel que dan gusto, de letras doradas y sencillas. Junto a la bolsa de la ropa sucia. ¿Un despiste? ¿Un escondite para nuestras espiritualidades? O pura ironía, porque ese tipo de documentos nunca "salen del armario".
PD: el hotel era chulísimo. Como ejemplo la foto del cabecero, con la ciudad misma y el Duero.
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